domingo, 22 de febrero de 2009

Bombas cancerígenas

Las bombas sin explotar que jalonan los océanos son una fuente de sustancias cancerígenas que ponen en peligro la vida marina y humana, según un estudio realizado en Puerto Rico.
Así lo afirma el ecologista James W. Porter, de la Universidad de Georgia (EU), quien detectó estas sustancias durante un viaje de investigación a la isla puertorriqueña de Vieques, la cual albergó un polémico campo de tiro y de bombardeos de la marina estadounidense desde la Segunda Guerra Mundial hasta 2003.
Los océanos están llenos de bombas sin explotar, algunas porque fallaron y otras porque fueron arrojadas allí para deshacerse de ellas.
Ahora se sabe que estas municiones liberan sustancias que causan cancer y ponen en peligro la vida marina. En estudios realizados desde 1999 en Vieques por la Universidad de Georgia se han encontrado concentraciones de elementos cancerígenos 100 mil veces más elevadas que los niveles de seguridad establecidos, a dos metros de las bombas y sus fragmentos. Según estas investigaciones, los residentes de Vieques tienen una incidencia de cáncer 23% mayor que los demás puertorriqueños.
La solución a este problema se encuentra en la extracción de todas estas bombas del fondo de nuestros oceanos en lo que tendría que ser un esfuerzo por parte de todos los gobiernos.


20 Minutos 19/2/2009 Pilar Amador y Cristina Herrero

2 comentarios:

Cristina Herrero dijo...

Ha aparecido otra noticia recientemente relacionada con este tema:

Francia, tras trece años desde su último ensayo nuclear en el atolón de Fangataufa (polinesia francesa), se ha decidido a indemnizar a las victimas de las pruebas atómicas realizadas.
Entre 1960 y 1996, el ejército francés realizó 210 ensayos nucleares en el Sáhara argelino y en el Pacífico, algunos de los cuales provocaron fugas radiactivas inconntroladas. Alrededor de 150.000 participantes resultaron expuestos a la radiación.
El Ministerio de Defensa ha reconocido fugas incontroladas en cuatro pruebas subterráneas y una decena de casos de lluvia radiactiva a causa de las explosiones atmosféricas.
Uno de los casos más graves se produjo cuando una prueba falló y una nube radiactiva se escapó de la montaña estendiéndose 150 Km.
Además, Florence Bourel, secretaria de la Comisaría de la Energía Atómica, añadió que en el mismo sitio donde tenían lugar las explosiones subterráneas, se bañaban en las aguas de la laguna, hacían esqui naútico, submarinismo... sin ser conscientes del peligro que esto implicaba.

Esta noticia apareció el día 25 de marzo de 2009 en La Vanguardia.

Cristina Herrero y Pilar Amador

Cristina Herrero dijo...

* extendiéndose